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Rhodiola Rosea (Extracto 3% Rosavinas + 1% Salidrosidos) 250mg - 100 cápsulas

Rhodiola Rosea (Extracto 3% Rosavinas + 1% Salidrosidos) 250mg - 100 cápsulas

Rhodiola Rosea es un adaptógeno natural que ayuda al cuerpo a manejar mejor el estrés físico y mental, favoreciendo el equilibrio del sistema nervioso y la resistencia frente a la fatiga. Este extracto estandarizado al 3% en rosavinas y 1% en salidrosidos ha sido cuidadosamente seleccionado por su perfil activo, que actúa optimizando la respuesta del organismo ante desafíos emocionales y energéticos. Puede contribuir a mejorar el estado de ánimo, la concentración y la capacidad de recuperación tras esfuerzos prolongados. Es una opción eficaz para quienes buscan mantener un rendimiento estable en contextos de alta exigencia.

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diferencias entre salidrosidos y rosavinas

Rhodiola rosea tiene propiedades adaptogénicas debido a dos compuestos clave: los salidrósidos y las rosavinas, cada uno con funciones específicas. Las rosavinas, presentes en una concentración del 3%, se enfocan principalmente en modular el sistema nervioso. Su acción ayuda a...

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Rhodiola rosea tiene propiedades adaptogénicas debido a dos compuestos clave: los salidrósidos y las rosavinas, cada uno con funciones específicas.

Las rosavinas, presentes en una concentración del 3%, se enfocan principalmente en modular el sistema nervioso. Su acción ayuda a reducir la fatiga mental y mejora la capacidad del organismo para manejar el estrés, gracias a su influencia en los receptores de serotonina y dopamina. Este mecanismo promueve un estado de calma alerta, ideal para momentos que requieren claridad mental y equilibrio emocional.

Por otro lado, los salidrósidos, con una concentración del 1%, actúan principalmente a nivel celular. Estimulan la producción de energía (ATP) y activan enzimas antioxidantes, lo que se traduce en mayor resistencia física y protección contra el estrés oxidativo. Su efecto es más notable en la vitalidad corporal y la recuperación después del esfuerzo.

La combinación de ambos compuestos en el extracto de Rhodiola rosea crea un efecto sinérgico: mientras las rosavinas ayudan a mantener el equilibrio mental, los salidrósidos proporcionan el soporte energético necesario para un rendimiento físico y cognitivo óptimo. Esta dualidad hace que el extracto sea especialmente útil para quienes buscan un enfoque integral contra el estrés y la fatiga.

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¿que es un adaptógeno?

Un adaptógeno es un término usado en herbolaria y medicina funcional para describir sustancias naturales, usualmente plantas, que ayudan al cuerpo a adaptarse al estrés y a normalizar las funciones fisiológicas. Funcionan como "termostatos" biológicos, mejorando la resistencia general frente...

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Un adaptógeno es un término usado en herbolaria y medicina funcional para describir sustancias naturales, usualmente plantas, que ayudan al cuerpo a adaptarse al estrés y a normalizar las funciones fisiológicas. Funcionan como "termostatos" biológicos, mejorando la resistencia general frente a diversos tipos de estrés (físicos, químicos, biológicos o psicológicos) sin enfocarse en una única condición.

Mecanismo de Acción: El Eje HPA

Para entender cómo actúan, debemos mirar la respuesta al estrés del cuerpo, controlada por el eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal (HPA). Ante un estrés, este eje se activa culminando en la liberación de cortisol. Esta respuesta es vital a corto plazo, pero el estrés crónico la mantiene sobreactivada, pudiendo causar problemas.

Los adaptógenos modulan esta respuesta interactuando con el eje HPA y otros mediadores. No la bloquean, sino que la "afinan": pueden reducir la sensibilidad excesiva al estrés, evitar respuestas exageradas de cortisol, mejorar la recuperación post-estrés y prevenir el agotamiento por estrés crónico.

Criterios Clave de un Adaptógeno

El concepto fue desarrollado por científicos como N.V. Lazarev e I.I. Brekhman, quienes establecieron tres criterios fundamentales que una sustancia debe cumplir para ser considerada adaptógena.

Primero, debe proporcionar no especificidad. Esto significa que aumenta la resistencia del cuerpo a una amplia gama de factores estresantes adversos, no solo a uno específico.

Segundo, debe tener un efecto normalizador. Su acción busca restablecer el equilibrio (homeostasis) independientemente de la dirección en que el estrés haya alterado las funciones fisiológicas, sin interferir excesivamente con el funcionamiento normal.

Tercero, debe demostrar inocuidad. Un adaptógeno debe ser seguro y causar una alteración mínima o nula de las funciones normales del cuerpo, incluso si se utiliza durante periodos prolongados.

Otros Mecanismos y Diferencias Importantes

Además de actuar sobre el eje HPA, se investiga si los adaptógenos funcionan mediante otros mecanismos, como mejorar la producción de energía celular (ATP), ofrecer protección antioxidante, modular el sistema inmune y la inflamación, o interactuar con neurotransmisores.

Es crucial distinguirlos de otras sustancias. No son estimulantes como la cafeína, que fuerzan la energía y pueden causar un "bajón". Tampoco son sedantes, que deprimen el sistema nervioso; aunque pueden calmar un sistema sobreexcitado, lo hacen promoviendo el equilibrio, no la sedación inapropiada.

Ejemplos Comunes

Algunas plantas y hongos frecuentemente clasificados como adaptógenos incluyen Rhodiola rosea (Rodiola), Withania somnifera (Ashwagandha), Panax ginseng (Ginseng Coreano/Asiático), Eleutherococcus senticosus (Ginseng Siberiano o Eleutero), Ocimum tenuiflorum (Albahaca Sagrada o Tulsi) y Schisandra chinensis (Schisandra).

En Resumen

En esencia, un adaptógeno es una sustancia natural que fortalece la resiliencia del cuerpo frente al estrés. Fomenta el equilibrio y la homeostasis, apoyando la capacidad innata del organismo para afrontar desafíos y mantener un funcionamiento óptimo de manera segura.

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Reducción del estrés físico y mental

Rhodiola rosea es ampliamente reconocida por su capacidad para mitigar los efectos del estrés crónico al modular el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), principal regulador de la respuesta al estrés. Al equilibrar la liberación de cortisol, este adaptógeno ayuda al cuerpo a responder de forma más eficiente a situaciones estresantes sin agotar sus reservas energéticas. Este efecto estabilizador reduce tanto la fatiga como la sensación de agobio, promoviendo una mayor claridad mental y emocional frente a los desafíos diarios.

Mejora del estado de ánimo y bienestar emocional

Gracias a su contenido en rosavinas, Rhodiola rosea tiene un impacto directo sobre la neurotransmisión de serotonina, dopamina y norepinefrina, neurotransmisores clave en la regulación del humor. Estudios clínicos han mostrado que su consumo puede aliviar síntomas de tristeza persistente, apatía o irritabilidad, actuando como un equilibrador emocional suave. Es especialmente útil en personas con estrés emocional sostenido, burnout o cuadros leves de depresión funcional.

Aumento de la energía y resistencia física

Los salidrosidos presentes en Rhodiola rosea estimulan la producción de ATP a nivel mitocondrial, lo que se traduce en una mejora del rendimiento físico, especialmente durante el ejercicio prolongado o actividades de alta exigencia. Además, ayuda a disminuir el tiempo de recuperación post-esfuerzo, reduciendo el daño muscular inducido por el ejercicio. Es una excelente opción para deportistas o personas con trabajos físicamente demandantes que necesitan sostener un nivel constante de energía.

Mejora del enfoque, la memoria y la función cognitiva

Rhodiola favorece la neuroplasticidad y la oxigenación cerebral, lo que permite una mejor conexión sináptica y una mayor claridad mental. Diversos ensayos han demostrado que mejora la capacidad de concentración, la memoria a corto plazo y la rapidez de procesamiento mental, sobre todo en contextos de estrés cognitivo o fatiga mental acumulada. Su uso es ideal para estudiantes, profesionales o personas que desean mantener un rendimiento mental agudo durante largas jornadas.

Apoyo en la ansiedad leve y ataques de pánico

Al modular el sistema nervioso simpático y reducir la sobreexcitación del sistema adrenérgico, Rhodiola rosea puede ayudar a reducir los síntomas físicos de la ansiedad, como palpitaciones, temblores o tensión muscular. También actúa como ansiolítico suave en personas con sensibilidad emocional elevada o que atraviesan periodos de tensión intensa, aportando una sensación general de calma y autocontrol sin inducir sedación.

Neuroprotección frente al envejecimiento cerebral

Los compuestos activos de Rhodiola, en especial los salidrosidos, poseen propiedades antioxidantes potentes que protegen las neuronas frente al daño oxidativo y la inflamación crónica. Esto es clave para preservar la función cognitiva a largo plazo y reducir el riesgo de deterioro neurológico asociado al envejecimiento o al estrés oxidativo acumulado. Además, favorece la expresión de factores neurotróficos como el BDNF, que apoyan la regeneración neuronal.

Regulación del sistema inmunológico

El estrés crónico puede suprimir la función inmune, pero Rhodiola ayuda a restaurar la actividad inmunológica al equilibrar la producción de citoquinas proinflamatorias y mejorar la respuesta de células NK (natural killer). Esto fortalece las defensas del organismo frente a infecciones recurrentes, especialmente en personas que viven bajo presión constante o que atraviesan procesos de recuperación prolongados.

Mejora del rendimiento sexual bajo estrés

El estrés emocional y físico prolongado es una de las principales causas de disminución del deseo y la función sexual. Rhodiola rosea puede contribuir a restaurar el equilibrio hormonal y mejorar la circulación sanguínea, lo cual tiene un impacto positivo en la libido, la vitalidad sexual y la calidad de las relaciones íntimas, especialmente en personas que sienten fatiga o desconexión por exceso de trabajo o tensión mental.

Reducción del agotamiento y la fatiga crónica

Rhodiola es uno de los pocos adaptógenos con respaldo clínico para el tratamiento de fatiga crónica idiopática. A través de su acción multifactorial —sobre el sistema nervioso, endocrino y energético— ayuda a disminuir la sensación de agotamiento constante, mejorando el nivel de vitalidad general en personas que no logran recuperar su energía ni con descanso adecuado.

Soporte durante la altitud o ambientes extremos

Investigaciones han demostrado que Rhodiola mejora la oxigenación celular y la resistencia en entornos de baja presión atmosférica o temperaturas extremas, por lo que ha sido empleada en zonas de montaña, expediciones y actividades de alto riesgo ambiental. Su capacidad para reducir la sensación de ahogo, vértigo o debilidad ante la hipoxia la convierte en una herramienta útil para quienes trabajan o viajan en estas condiciones.

Modulación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA)

Rhodiola rosea actúa regulando la actividad del eje HHA, uno de los principales sistemas neuroendocrinos responsables de la respuesta al estrés. En condiciones normales, el estrés activa el hipotálamo, que libera hormona liberadora de corticotropina (CRH), la cual estimula la glándula pituitaria a producir ACTH (hormona adrenocorticotrópica), que a su vez activa las glándulas suprarrenales para liberar cortisol. En situaciones de estrés crónico, esta respuesta se desregula, generando un exceso o una caída anormal del cortisol, afectando negativamente al metabolismo, la inmunidad y la función cognitiva. Rhodiola rosea, mediante sus rosavinas y salidrosidos, modula esta cascada reduciendo la liberación excesiva de ACTH, normalizando los niveles de cortisol y promoviendo una respuesta más eficiente y sostenida frente a factores estresantes, sin agotar la reserva funcional del organismo.

Regulación de neurotransmisores clave: serotonina, dopamina y norepinefrina

Uno de los mecanismos centrales de Rhodiola rosea es su acción sobre la neurotransmisión monoaminérgica. Este extracto ha demostrado inhibir parcialmente la actividad de la enzima monoaminooxidasa (MAO), encargada de degradar neurotransmisores como serotonina (5-HT), dopamina (DA) y norepinefrina (NE). Al disminuir la degradación de estas moléculas, se incrementa su disponibilidad sin inducir desbalances excesivos. Además, estudios in vitro han mostrado que los salidrosidos pueden aumentar la expresión de transportadores de serotonina en regiones límbicas, lo que modula de forma más fina la señalización serotoninérgica. Este mecanismo es clave en los efectos ansiolíticos, antidepresivos y de mejora del estado de ánimo observados clínicamente.

Activación de AMPK y mejora del metabolismo energético mitocondrial

Rhodiola rosea activa la proteína quinasa activada por AMP (AMPK), un regulador maestro del metabolismo energético celular. La activación de AMPK favorece la biogénesis mitocondrial a través de la estimulación del coactivador PGC-1α (Peroxisome proliferator-activated receptor gamma coactivator 1-alpha), lo cual incrementa la capacidad de producción de ATP en condiciones de demanda elevada. Este mecanismo resulta esencial para mejorar el rendimiento físico y mental, reducir la fatiga crónica y mejorar la eficiencia metabólica durante el esfuerzo. Al favorecer la fosforilación oxidativa y el uso eficiente de ácidos grasos, Rhodiola rosea también contribuye a un perfil energético más estable y sostenido.

Neuroprotección a través de la inhibición del estrés oxidativo y excitotoxicidad

Los salidrosidos tienen una potente capacidad antioxidante directa, actuando como donadores de electrones que neutralizan radicales libres como el superóxido y el peróxido de hidrógeno. Además, inducen la expresión de enzimas antioxidantes endógenas como la superóxido dismutasa (SOD), catalasa y glutatión peroxidasa mediante la vía Nrf2-ARE (nuclear factor erythroid 2–related factor 2 / antioxidant response element). Por otro lado, Rhodiola también protege frente a la excitotoxicidad neuronal mediada por glutamato, modulando la actividad de los receptores NMDA y AMPA, y reduciendo la entrada excesiva de calcio intracelular, uno de los principales desencadenantes del daño neuronal. Estos mecanismos son fundamentales para su acción neuroprotectora y en la prevención del deterioro cognitivo relacionado al estrés oxidativo.

Estimulación de la síntesis de BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor)

Rhodiola rosea estimula la producción de BDNF, un neurotrofino esencial para la plasticidad sináptica, la neurogénesis y la supervivencia neuronal. Este efecto se ha observado tanto in vitro como in vivo, especialmente en regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal, áreas involucradas en la memoria, el aprendizaje y el control emocional. La inducción del BDNF parece estar mediada por la vía CREB (cAMP response element-binding protein), un factor de transcripción que se activa tras la modulación de AMPK y cascadas de señalización intracelular dependientes de calcio. Este mecanismo contribuye a la capacidad de Rhodiola para mejorar la función cognitiva, especialmente bajo estrés crónico o fatiga mental.

Inmunomodulación mediada por citoquinas y células NK

El extracto de Rhodiola rosea tiene un efecto inmunomodulador al actuar sobre el equilibrio entre citoquinas proinflamatorias (como TNF-α e IL-6) e inmunorreguladoras (como IL-10). Se ha demostrado que disminuye la expresión de citoquinas inflamatorias inducidas por estrés crónico, lo cual reduce la inflamación sistémica de bajo grado. Al mismo tiempo, potencia la actividad de las células NK (natural killer) y la proliferación de linfocitos T, lo que fortalece la respuesta inmunitaria frente a agentes patógenos. Esta acción dual —antiinflamatoria y activadora de la inmunidad innata— es relevante tanto para la prevención de enfermedades como para la recuperación post-infecciosa en condiciones de estrés.

Optimización del flujo sanguíneo cerebral y oxigenación celular

Rhodiola mejora la circulación cerebral al promover la producción de óxido nítrico (NO) en el endotelio vascular, lo cual induce una vasodilatación moderada y una mayor perfusión tisular. Este efecto resulta en una oxigenación más eficiente del cerebro y otros tejidos, lo cual contribuye al aumento de la energía mental y la capacidad de concentración. Asimismo, el incremento del NO también tiene efectos antiagregantes y antiinflamatorios que protegen la salud cardiovascular, especialmente en condiciones de tensión prolongada o hipoxia ambiental.

Protección frente a la hipoxia y adaptación a ambientes extremos

Uno de los mecanismos clásicos de Rhodiola rosea, documentado en investigaciones soviéticas, es su capacidad para aumentar la tolerancia celular a la hipoxia. Esto se logra mediante la estabilización del factor inducible por hipoxia HIF-1α (Hypoxia-Inducible Factor 1-alpha), que permite activar genes que codifican para proteínas que mejoran la supervivencia celular en entornos de baja oxigenación. Esta acción es particularmente útil para personas expuestas a altitudes elevadas, climas extremos o situaciones de sobrecarga fisiológica, como vuelos prolongados o ejercicio de alta intensidad.

Inhibición de la monoamino oxidasa (MAO) tipo A y B

Los extractos de Rhodiola, en especial sus salidrosidos, muestran una capacidad inhibitoria moderada sobre la actividad de MAO-A y MAO-B, enzimas responsables de la degradación de neurotransmisores como serotonina, dopamina y feniletilamina. Esta inhibición es selectiva y reversible, lo cual permite un aumento fisiológico de estos neurotransmisores sin los riesgos asociados a los inhibidores farmacológicos irreversibles. Este mecanismo sinérgico contribuye al efecto antidepresivo, proenergético y de mejora del estado de ánimo del compuesto.

Reducción del estrés crónico y mejora de la resiliencia emocional

Dosificación: Iniciar con 1 cápsula de 250mg al día durante la primera semana como dosis inicial para observar tolerancia. Aumentar a 2 cápsulas diarias como dosis terapéutica. En casos de estrés severo o crónico, se puede utilizar una dosis avanzada de 3 cápsulas al día. Para mantenimiento tras mejora sostenida, reducir a 1 cápsula diaria.

Frecuencia de administración: Tomar en la mañana y/o al mediodía, preferiblemente con alimentos ligeros. No se recomienda tomar por la noche, ya que su efecto puede interferir con el inicio del sueño en personas sensibles.

Duración total del ciclo: Usar por ciclos de 12 semanas continuas. Descansar 2 semanas antes de reiniciar. En situaciones de estrés prolongado, se pueden realizar ciclos consecutivos de hasta 6 meses con una semana de descanso cada 8 semanas.

Mejora del estado de ánimo y apoyo en trastornos leves del ánimo

Dosificación: Comenzar con 2 cápsulas diarias (500mg) como dosis base. En estados depresivos leves o irritabilidad crónica, utilizar 3 cápsulas al día repartidas en dos tomas (mañana y tarde) como dosis clínica. Reducir a 1 cápsula diaria como mantenimiento tras la mejora.

Frecuencia de administración: Consumir con alimentos para mejorar absorción y reducir posibles molestias gástricas. Evitar la administración nocturna para no interferir con el sueño.

Duración total del ciclo: Ciclos de 10 a 16 semanas. Realizar pausas de 2 semanas entre ciclos si se requiere prolongar el tratamiento. En casos estacionales, repetir cada 6 meses.

Aumento de la energía física y resistencia al esfuerzo

Dosificación: Dosis inicial de 2 cápsulas (500mg) tomadas 30 a 60 minutos antes de la actividad física. En contextos de entrenamiento intenso o fatiga crónica, aumentar a 3 cápsulas diarias, divididas en dos tomas (pre-entrenamiento y mediodía).

Frecuencia de administración: Preferentemente en ayunas antes del ejercicio o con alimentos ligeros. Evitar tomar después de las 17:00 horas para prevenir sobreestimulación.

Duración total del ciclo: 8 a 12 semanas de uso continuo. Hacer una pausa de 1 semana cada 6 semanas. Se puede reiniciar sin problema si hay buena tolerancia.

Mejora cognitiva, memoria y concentración

Dosificación: Utilizar 2 cápsulas al día (una en la mañana y otra al mediodía) como dosis estándar. En exigencias mentales extremas o estados de fatiga cognitiva, se puede emplear una dosis avanzada de 3 cápsulas diarias, distribuidas entre mañana y mediodía.

Frecuencia de administración: Consumir preferentemente con alimentos ligeros. No tomar con comidas muy grasas ya que puede disminuir la velocidad de absorción.

Duración total del ciclo: 10 semanas seguidas con pausas breves de 1 semana entre ciclos. Puede utilizarse en ciclos repetidos durante el año académico o laboral.

Reducción de la ansiedad leve y mejora del autocontrol

Dosificación: Comenzar con 1 cápsula diaria durante 5 días, luego aumentar a 2 cápsulas diarias (mañana y tarde). En casos de ansiedad persistente, puede utilizarse 3 cápsulas diarias como dosis terapéutica durante periodos puntuales.

Frecuencia de administración: Con alimentos para evitar irritación gástrica. No tomar en la noche. Idealmente, la segunda cápsula debe tomarse antes de las 16:00 para evitar activación excesiva del sistema nervioso.

Duración total del ciclo: 8 a 10 semanas, con descanso de 10 días antes de retomar. Puede utilizarse en ciclos estacionales o según recurrencia de síntomas.

Apoyo en recuperación post-infecciosa o inmunosupresión por estrés

Dosificación: Dosis inicial de 2 cápsulas al día, aumentando a 3 cápsulas durante 10 días si la respuesta inmunológica está comprometida. Volver a 1 cápsula diaria como mantenimiento una vez estabilizado.

Frecuencia de administración: Con alimentos, preferentemente en el desayuno y almuerzo. No tomar en ayunas prolongadas para evitar posibles molestias estomacales.

Duración total del ciclo: 6 semanas como fase de apoyo intensivo. Continuar con 1 cápsula diaria durante 4 semanas adicionales como refuerzo inmunológico.

Prevención del deterioro cognitivo y neuroprotección

Dosificación: 2 cápsulas diarias como dosis de mantenimiento para preservar la función neurológica. En personas con alto riesgo neurodegenerativo, se pueden usar 3 cápsulas por día durante fases de alta demanda cognitiva.

Frecuencia de administración: Siempre con alimentos para mejorar la biodisponibilidad y tolerancia. Evitar su uso por la noche para no interferir con el descanso.

Duración total del ciclo: Uso prolongado por 16 semanas consecutivas, con pausas de 2 semanas entre ciclos. Puede mantenerse durante el año con rotaciones cada 4 meses.

Mejora de la libido y vitalidad sexual en estados de fatiga

Dosificación: Iniciar con 2 cápsulas diarias como base. En casos de pérdida de deseo por agotamiento crónico o estrés, utilizar 3 cápsulas al día por un periodo de 4 a 6 semanas.

Frecuencia de administración: Tomar con alimentos, preferiblemente en el desayuno y almuerzo. No tomar antes de dormir, ya que puede interferir con el descanso.

Duración total del ciclo: 6 a 8 semanas seguidas. Descansar 10 días y repetir si es necesario. Puede alternarse con otros adaptógenos si se desea variar el estímulo.

Regulación del estrés y soporte adaptogénico

Ashwagandha (Withania somnifera): actúa sobre el eje HHA al igual que Rhodiola, pero con una dirección más ansiolítica y estabilizadora del sistema nervioso parasimpático. Su combinación potencia la capacidad del organismo para adaptarse a eventos estresantes, equilibrando la producción de cortisol y mejorando la respuesta emocional frente a la presión externa o interna prolongada.

Magnesio (bisglicinato o treonato preferentemente): participa en más de 300 reacciones enzimáticas y es clave para la regulación de la respuesta al estrés, ya que modula la transmisión sináptica GABAérgica y reduce la hiperexcitabilidad neuronal. Aporta equilibrio al sistema nervioso simpático, facilitando una respuesta más mesurada ante estímulos estresantes y mejorando la recuperación tras el esfuerzo mental.

Fosfatidilserina: mejora la comunicación neuronal y regula la respuesta al cortisol inducido por estrés mental o físico. Su combinación con Rhodiola potencia la resistencia frente al agotamiento neuroendocrino, especialmente en personas que atraviesan burnout o fatiga emocional.

Optimización de la energía celular y resistencia física

Acetil-L-Carnitina (ALCAR): facilita el transporte de ácidos grasos de cadena larga a la mitocondria, lo que mejora la producción de energía y reduce el daño oxidativo mitocondrial. Potencia el efecto de Rhodiola sobre la activación de AMPK y la producción de ATP, especialmente útil en fatiga crónica o desgaste físico sostenido.

C15 – Ácido Pentadecanoico: actúa como una señal lipídica que modula la actividad de PPARs y mejora la sensibilidad celular a las señales de energía. Al ser un lípido señalizador que mejora la función mitocondrial, sinérgicamente potencia la acción de Rhodiola en la mejora de la resistencia metabólica y el rendimiento físico.

Coenzima Q10: esencial en la cadena de transporte de electrones mitocondrial. Mejora la eficiencia bioenergética y protege contra el daño oxidativo inducido por el esfuerzo. Su combinación con Rhodiola eleva la tolerancia al ejercicio y acelera la recuperación muscular.

Apoyo neurocognitivo y función mental

Citicolina (CDP-Choline): estimula la síntesis de acetilcolina, mejora la función sináptica y protege las membranas neuronales. Potencia los efectos nootrópicos de Rhodiola, especialmente en concentración, enfoque y plasticidad cognitiva bajo fatiga.

L-Tirosina: precursor directo de dopamina y norepinefrina, neurotransmisores que Rhodiola protege de la degradación al inhibir la MAO. Su inclusión favorece una síntesis sostenida de catecolaminas, mejorando el estado de alerta, la motivación y la resiliencia mental en situaciones de estrés agudo.

Zinc (Orotato o Bisglicinato): cofactor esencial para la síntesis de neurotransmisores y antioxidantes endógenos como la superóxido dismutasa (SOD). Favorece la estabilidad neuroquímica y potencia el efecto neuroprotector de Rhodiola frente al estrés oxidativo cerebral.

Neuroprotección y plasticidad sináptica

Ácido R-Alfa Lipoico: antioxidante universal que regenera glutatión, vitamina C y E, y atraviesa la barrera hematoencefálica. Protege contra el daño oxidativo inducido por estrés y envejecimiento cerebral. Sinérgico con Rhodiola en la preservación de la función mitocondrial neuronal y la protección frente a neuroinflamación.

PQQ (Pirroloquinolina quinona): estimula la biogénesis mitocondrial y protege las neuronas frente a la apoptosis inducida por estrés oxidativo. Su acción combinada con Rhodiola amplifica los efectos sobre la vitalidad cerebral y la longevidad neuronal.

Curcumina (preferentemente liposomal): inhibe factores proinflamatorios como NF-κB y TNF-α, lo que reduce la neuroinflamación sistémica. Al actuar en paralelo con los salidrosidos, refuerza la neuroprotección y mejora la capacidad del sistema nervioso para resistir el deterioro inducido por estrés.

Regulación del estado de ánimo y ansiedad leve

Vitaminas del complejo B (B6 P-5-P, B9 metilfolato, B12 metilcobalamina): esenciales para la metilación neuronal, la síntesis de neurotransmisores (como serotonina, GABA y dopamina), y la prevención de desequilibrios emocionales. Combinan perfectamente con Rhodiola en protocolos orientados al equilibrio del estado de ánimo.

Inositol (preferentemente Myo-Inositol): modula la actividad del segundo mensajero IP3 y se ha utilizado para estabilizar la función serotoninérgica y reducir la ansiedad leve. Mejora la respuesta emocional y la sensación de calma cuando se utiliza junto a adaptógenos como Rhodiola.

Apigenina: flavonoide que actúa como modulador GABAérgico y posee efectos ansiolíticos sin sedación. Su uso junto con Rhodiola potencia el equilibrio emocional en personas con labilidad afectiva o hipersensibilidad al estrés.

¿Cuánto tiempo tarda en sentirse el efecto de Rhodiola rosea?

El tiempo para percibir efectos puede variar según el objetivo y la sensibilidad individual. En general, para mejora de energía y reducción de la fatiga, algunos usuarios reportan sentir efectos dentro de los primeros 5 a 7 días. Para beneficios más complejos como regulación del estado de ánimo, resistencia al estrés o neuroprotección, se requiere un uso continuo de al menos 3 a 6 semanas para observar mejoras estables y sostenidas.

¿Se puede consumir Rhodiola rosea de forma continua?

Sí, Rhodiola puede utilizarse en ciclos largos de hasta 12 a 16 semanas, especialmente cuando se emplea para apoyo frente al estrés crónico o fatiga prolongada. Después de cada ciclo, se recomienda realizar una pausa de entre 1 a 2 semanas para mantener la sensibilidad fisiológica y optimizar los resultados a largo plazo.

¿Es mejor tomar Rhodiola con alimentos o en ayunas?

Rhodiola rosea debe tomarse preferentemente con alimentos ligeros para mejorar su tolerancia gástrica y optimizar su absorción. Aunque en condiciones de entrenamiento deportivo puede utilizarse en ayunas para potenciar la energía preejercicio, para la mayoría de los objetivos es más recomendable acompañarla de alimentos.

¿Puede afectar el sueño si se toma por la noche?

Sí, debido a su acción estimulante sobre la energía mental y la producción de neurotransmisores como dopamina y norepinefrina, se desaconseja su consumo en horas nocturnas. Lo ideal es administrarla durante la mañana o al mediodía para evitar posibles alteraciones del patrón de sueño.

¿Rhodiola rosea genera tolerancia con el uso prolongado?

La tolerancia a Rhodiola es baja comparada con otros adaptógenos, pero en algunos casos, tras varios meses de uso continuo, puede disminuir ligeramente su efecto. Por ello, los ciclos de 12 a 16 semanas seguidos de pausas cortas ayudan a mantener su efectividad sin perder sensibilidad biológica.

¿Es necesario aumentar la dosis con el tiempo?

En general no es necesario aumentar la dosis si se respetan los protocolos de descanso. Si la respuesta inicial fue adecuada, la dosis estable puede mantenerse durante todo el tratamiento. Solo en casos de alta carga de estrés o exigencia física extrema podría ser necesario un ajuste transitorio en la dosificación.

¿Rhodiola rosea puede generar dependencia?

No, Rhodiola no actúa sobre los centros de recompensa dopaminérgica de la misma forma que las sustancias adictivas. Su acción adaptogénica ayuda al cuerpo a regular su equilibrio interno sin inducir dependencia fisiológica o psicológica, incluso tras usos prolongados.

¿Qué sucede si olvido una dosis?

Si olvida una dosis, simplemente tome la siguiente en el horario habitual. No se recomienda duplicar las dosis para compensar olvidos. Rhodiola actúa modulando procesos fisiológicos a lo largo del tiempo, por lo que un olvido puntual no afectará de forma significativa su efectividad.

¿Puedo combinar Rhodiola rosea con café o estimulantes?

Sí, pero con moderación. Rhodiola puede potenciar ligeramente el efecto estimulante del café o de compuestos como la cafeína, la teacrina o el guaraná. En personas sensibles a la sobreestimulación, se recomienda ajustar la cantidad de cafeína para evitar nerviosismo, taquicardia o insomnio.

¿Se puede utilizar en combinación con otros adaptógenos?

Sí, Rhodiola combina de forma excelente con otros adaptógenos como Ashwagandha, Eleuterococo o Ginseng, ya que actúan de manera complementaria sobre diferentes aspectos de la respuesta al estrés. La combinación permite una modulación más completa del sistema nervioso, inmunológico y endocrino.

¿Es seguro el uso de Rhodiola en personas con hipertensión?

Rhodiola puede ejercer un efecto ligeramente estimulante, por lo que en casos de hipertensión no controlada debe utilizarse con precaución. En individuos con hipertensión controlada, su uso suele ser seguro, especialmente a dosis bajas o moderadas. Siempre es recomendable realizar un seguimiento de la presión arterial al iniciar su consumo.

¿Rhodiola rosea puede causar efectos secundarios?

En general es muy bien tolerada. Algunos efectos secundarios poco comunes pueden incluir nerviosismo, irritabilidad, insomnio (si se toma tarde) o molestias digestivas leves. Estos efectos suelen resolverse al ajustar la dosis o el horario de administración.

¿Puede interactuar con medicamentos?

Rhodiola puede interactuar con medicamentos que afectan los niveles de serotonina, dopamina o norepinefrina, como antidepresivos ISRS, inhibidores de la MAO o estimulantes del sistema nervioso central. También puede modificar la respuesta a fármacos hipotensores. Si se está en tratamiento médico, siempre se debe evaluar la compatibilidad antes de iniciar su consumo.

¿Es adecuada para personas con trastornos de ansiedad?

Sí, en muchos casos la Rhodiola ayuda a mejorar la resiliencia emocional y reducir los síntomas de ansiedad leve o estrés situacional. Sin embargo, en trastornos de ansiedad severa o crisis de pánico agudas, su efecto estimulante inicial puede ser mal tolerado en algunas personas sensibles, por lo que se recomienda iniciar con dosis bajas.

¿Puede ser utilizada por personas mayores?

Sí, de hecho es una excelente opción para adultos mayores que buscan mejorar su vitalidad, energía, estado de ánimo y función cognitiva. Al poseer efectos neuroprotectores y antioxidantes, Rhodiola es útil en estrategias de envejecimiento saludable. Se recomienda iniciar con dosis bajas y aumentar progresivamente según tolerancia.

¿Es útil para mejorar el rendimiento deportivo?

Sí, múltiples estudios respaldan el uso de Rhodiola para aumentar la resistencia física, reducir la percepción de esfuerzo y acelerar la recuperación post-ejercicio. Su efecto sobre la activación de AMPK y la mejora de la función mitocondrial la convierte en un excelente complemento para atletas o personas activas.

¿Puede ayudar en el síndrome de fatiga crónica?

Sí, Rhodiola ha mostrado ser una de las opciones más prometedoras dentro de los adaptógenos para personas con fatiga crónica idiopática o relacionada al estrés post-viral. Su acción integral sobre el eje HHA, la energía mitocondrial y el estado de ánimo contribuyen a una mejoría progresiva del nivel de vitalidad general.

¿Se puede usar Rhodiola durante el embarazo o lactancia?

No se recomienda el uso de Rhodiola durante el embarazo o la lactancia debido a la falta de estudios clínicos concluyentes que avalen su seguridad en estas etapas. Aunque no se han reportado efectos adversos graves, es preferible evitar su uso durante estos periodos sensibles.

¿Puede mejorar la libido afectada por estrés?

Sí, la normalización del cortisol, la mejora de la energía y el aumento de la resiliencia emocional que aporta Rhodiola tienen un impacto positivo en la recuperación de la libido disminuida por estrés crónico o agotamiento emocional. Además, mejora la circulación y la vitalidad general, lo que contribuye indirectamente a la función sexual.

¿Cómo sé si Rhodiola es adecuada para mí?

Rhodiola puede ser una excelente opción si se busca mejorar la resistencia al estrés, aumentar la energía física y mental, optimizar la función cognitiva o equilibrar el estado de ánimo de manera natural. Personas sometidas a alta exigencia laboral, académica, deportiva o emocional suelen beneficiarse notablemente de su incorporación a la rutina diaria.

  • Conservar el producto en un lugar fresco, seco y alejado de la luz directa para preservar su potencia y estabilidad
  • Evitar exponer el frasco a temperaturas superiores a 25°C, ya que el calor prolongado puede degradar los compuestos activos como las rosavinas y salidrosidos
  • Mantener el envase bien cerrado para proteger el contenido de la humedad ambiental que podría afectar su calidad
  • No congelar el producto ni almacenarlo en refrigeradores donde se genere condensación, para evitar cambios en la textura del polvo o cápsulas
  • Consumir preferentemente dentro de los 12 meses posteriores a la apertura del envase para asegurar su máxima efectividad
  • Evitar el consumo de Rhodiola rosea en horarios nocturnos, ya que su efecto estimulante puede dificultar la conciliación del sueño
  • No combinar con otros estimulantes de forma excesiva, como altas dosis de cafeína o guaraná, para evitar sobreestimulación del sistema nervioso
  • No utilizar en caso de episodios actuales de manía o hipomanía en personas susceptibles, debido a su posible acción moduladora sobre la dopamina
  • No consumir en combinación con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) farmacológicos para evitar interacciones sobre los niveles de neurotransmisores
  • Utilizar con precaución en personas con hipertensión arterial no controlada, ya que puede inducir ligeros aumentos de la presión sanguínea en individuos sensibles
  • Suspender su uso en caso de aparición de síntomas como irritabilidad marcada, insomnio severo o palpitaciones persistentes
  • No consumir en combinación con antidepresivos ISRS, SNRIs o tricíclicos sin realizar una evaluación de compatibilidades debido a potenciales efectos aditivos sobre serotonina
  • No exceder la dosis recomendada sin justificación específica, ya que dosis excesivas pueden aumentar el riesgo de nerviosismo o ansiedad transitoria
  • En caso de intervención quirúrgica programada, suspender el consumo de Rhodiola rosea al menos 2 semanas antes de la cirugía para evitar interacciones anestésicas
  • En protocolos prolongados de más de 16 semanas de uso continuo, se recomienda realizar descansos programados de al menos 1 a 2 semanas para optimizar su efectividad
  • Se recomienda iniciar con dosis bajas y aumentarlas progresivamente para evaluar la tolerancia individual y minimizar el riesgo de efectos secundarios
  • Evitar su uso conjunto con alcohol en grandes cantidades, ya que podría potenciar la activación del sistema nervioso simpático y alterar la calidad del sueño
  • No utilizar en combinación con medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios de alta potencia sin una correcta evaluación de riesgos-beneficios
  • No administrar en caso de enfermedades autoinmunes activas sin considerar el posible efecto inmunomodulador de los adaptógenos
  • En personas con antecedentes de trastornos bipolares, utilizar únicamente con protocolos de dosis baja y bajo monitoreo de estado anímico debido al potencial riesgo de inducción de hipomanía en casos aislados
  • Almacenar fuera del alcance de mascotas que pudieran ingerir el contenido accidentalmente, ya que su metabolismo puede reaccionar de forma diferente al de los humanos
  • Consumir el producto solo si el sello de seguridad está intacto al momento de abrir el envase por primera vez
  • Personas con hipertensión arterial no controlada deben evitar el consumo de Rhodiola rosea debido a su posible efecto estimulante sobre la presión sanguínea
  • Personas que estén utilizando medicamentos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) deben evitar su uso para prevenir un aumento excesivo de neurotransmisores
  • Personas con antecedentes de trastorno bipolar tipo I deben evitar su consumo, ya que existe riesgo de inducir episodios de hipomanía o manía
  • Personas que estén en tratamiento activo con antidepresivos ISRS o SNRIs deben evitar combinarlo sin una estrategia de ajuste, debido al riesgo de efectos aditivos sobre serotonina
  • Personas con enfermedades autoinmunes activas deben evitar su consumo sin un control estricto, debido a la posible modulación del sistema inmune
  • Personas con insomnio severo deben evitar su consumo en horarios cercanos a la noche para no empeorar la calidad del sueño
  • Personas que se encuentren en preparación para cirugías deben suspender el uso de Rhodiola al menos dos semanas antes, para evitar interacciones con anestésicos y el control hemodinámico
  • Personas con arritmias cardíacas conocidas deben evitar su uso, ya que su acción sobre el sistema nervioso simpático podría exacerbar alteraciones en el ritmo cardíaco

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Este producto no está destinado a diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad. Los efectos pueden variar entre individuos según factores como edad, genética, estado de salud y estilo de vida. La información proporcionada tiene fines educativos y no debe interpretarse como un consejo médico o terapéutico personalizado. Las declaraciones aquí mencionadas no han sido evaluadas por autoridades sanitarias y están destinadas únicamente a informar al consumidor sobre el producto y su uso potencial.