Probióticos y prebióticos

Indicados para equilibrar y optimizar el microbioma intestinal, promoviendo la salud digestiva, inmunológica y metabólica mediante la sinergia entre microorganismos beneficiosos (probióticos) y sus nutrientes específicos (prebióticos).

Contribuyen a:

  • Restauración del equilibrio microbiano: Los probióticos introducen cepas beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium, mientras que los prebióticos alimentan estas bacterias, favoreciendo su proliferación.
  • Producción de metabolitos saludables: Estimulan la generación de ácidos grasos de cadena corta (butirato, propionato y acetato), esenciales para la salud intestinal y la regulación inmunológica.
  • Fortalecimiento de la barrera intestinal: Mejoran la integridad del epitelio intestinal, reduciendo la permeabilidad intestinal y protegiendo contra agentes dañinos.
  • Modulación del sistema inmunológico: Equilibran la actividad inmune, reduciendo respuestas inflamatorias excesivas y fortaleciendo las defensas frente a infecciones.
  • Prevención de infecciones intestinales: Inhiben el crecimiento de bacterias patógenas mediante la competencia por nutrientes y espacio, y la producción de compuestos antimicrobianos.
  • Mejora de la digestión y absorción: Facilitan la descomposición de alimentos y optimizan la captación de nutrientes como vitaminas, minerales y aminoácidos.
  • Reducción de la inflamación sistémica: Disminuyen la producción de citocinas proinflamatorias derivadas de desequilibrios microbianos, promoviendo una salud integral.
  • Soporte al eje intestino-cerebro: Influyen en la producción de neurotransmisores como serotonina y GABA, mejorando el estado de ánimo, la cognición y la respuesta al estrés.
  • Estabilización del tránsito intestinal: Regulan la motilidad intestinal, aliviando síntomas como estreñimiento, diarrea o hinchazón.